La comunidad científica y médica lamenta profundamente el fallecimiento, el 2 de julio de 2025, de nuestro colega y mentor para muchos de nosotros, George McCracken, excelente pediatra, investigador e increible comunicador. George ha sido pionero y gran precursor del desarrollo de la infectología pediátrica, tal y como la conocemos hoy.
Junto con John Nelson, George fue el fundador del Pediatric Infectious Diseases Journal hace 45 años, revista en la que se desempeñó como editor jefe y editor asociado durante cuatro décadas. En aquella época, la investigación en infectología pediátrica estaba empezando y la creación de esta revista científica, junto con el gran esfuerzo de difusión y comunicación, permitieron que se desarrollara esta especialidad pediátrica de manera sobresaliente. Su programa en enfermedades Infecciosas pediátricas de la UT Southwestern Medical Center en Dallas, EEUU, acogió y formó de manera global a un gran número de fellows, residentes de pediatría y estudiantes de medicina, muchos de ellos de otros países, incluyendo unos cuantos pediatras españoles, inculcándoles una gran pasión por la infectología pediátrica y la investigación, con un gran rigor científico y un profundo compromiso de servicio público.
Pero por encima de todo, lo que más pesa en la figura de George es su personalidad y su talante: trabajador incansable, gran generador de ideas, excelente comunicador y mejor persona, estando su despacho abierto en todo momento para todo aquel que quisiera entrar a consultar algo o, simplemente, a conversar. Y siempre con gran amabilidad.
Su legado permanecerá vivo en las publicaciones que marcaron hitos en nuestra disciplina, en los programas académicos que ayudó a consolidar y, sobre todo, en las personas que tuvieron el privilegio de aprender de él. Sin olvidarnos de todos los niños a los que, de alguna manera, ha ayudado gracias a su trabajo y esfuerzo, diarios y a los logros conseguidos en esta bella especialidad, como es la infetología pediátrica. A quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y aprender de él, nos queda la responsabilidad de continuar su misión: cuidar, enseñar, investigar y servir con compromiso y humanidad.
El fallecimiento de George es una pérdida irreparable y francamente dolorosa para todos los que lo hemos conocido o hemos tenido el privilegio de formarnos y trabajar con él. La Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) quiere honrar su memoria, agradece su vida de servicio y dedicación, y se une al pesar de sus familiares, colegas y amigos.
Descanse en paz. Su visión y ejemplo seguirán inspirando nuestro trabajo y el de muchas generaciones.